martes, 22 de octubre de 2013

Chihuahua

Las difíciles condiciones de la geografía chihuahuense dieron forma al carácter de sus habitantes, quienes al igual que la mayoría de sus compatriotas norteños han forjado su tenacidad y perseverancia gracias a la dura labor que significa obtener del árido suelo algo de alimento y agua para el sustento de su familia y su ganado. Esto, aunado a la característica hospitalidad y buena disposición de ayudar de los mexicanos, conforman el perfil del afanoso chihuahuense.

Es así que, en un suelo poco propicio para la agricultura, los colonizadores europeos, misioneros e indígenas aprendieron a desarrollar técnicas para conservar los alimentos ya que los periodos de cosecha eran breves y escasos. Así, nacen los chacales (maíz seco), chile pasado, conservas de frutas y frutas deshidratadas, carne deshidratada o cecina, y el famoso “queso ranchero” hecho de leche de chiva o de res. Estos ingredientes adquieren un característico sabor que los diferencia de los naturales, agregando a los guisados chihuahuenses una sazón muy peculiar.
Sin embargo, esto no desmotivó a los habitantes prehispánicos de la zona conocida como Paquimé o de Casas Grandes a desarrollar una gran ciudad con construcciones de hasta 4 pisos hermosamente decoradas con artísticos objetos de cerámica. Además de su desarrollado gusto por la alfarería, se descubrieron grandes jaulas de aves exóticas provistas de calefacción y patios para el juego de pelota.

Por lo que hoy, la sociedad chihuahuense está conformada por grupos indígenas que aún conservan sus raíces y tradiciones muy arraigadas. Actualmente, el grupo principal en número e influencia cultural en el estado es el de los tarahumaras. Habitantes originales de estas tierras, fueron forzados a retirarse a vivir en una porción de las montañas de la Sierra Madre Occidental, hoy conocida bajo el nombre de Sierra Tarahumara. Como sucede en el resto del país, este grupo étnico se encuentra entre los más pobres y marginados del estado. Parte de su economía se sustenta con la venta de sikolís y bitikolís, ollas y vasijas de barro y textiles y joyería de chaquira que ofrecen en sitios turísticos del estado.

Otro grupo cultural de gran influencia en la vida económica y cultural de Chihuahua es el de los menonitas. A principios del siglo XX, obteniendo excepcionales concesiones de parte del gobierno mexicano en turno, el Gral. Álvaro Obregón, llegaron a la comunidad de Santa Clara cientos de familias menonita procedentes de Canadá, pero originarios de Holanda. Su origen europeo, su religión única, la frugalidad que rige cada aspecto de su vida y su característica dedicación al trabajo comunitario llegaron con todos ellos para quedarse; y hoy, Ciudad Cuauhtémoc, Chihuahua es una floreciente comunidad de origen menonita.
Un capítulo vergonzoso y triste no sólo en la historia de Chihuahua sino de todo México, es el de los feminicidios ocurridos en Ciudad Juárez. A partir de la década de los noventa, el auge económico estadounidense llegó a la frontera mexicana en forma de maquiladoras de exportación que abrieron oportunidades a muchos mexicanos y mexicanas. Las mujeres trabajadoras de Juárez sin embargo, vieron cómo esta oportunidad se convirtió en tragedia cuando a partir de 1993 comienzan a ser víctimas de cruentos asesinatos y misteriosas desapariciones que a la fecha continúan impunes. La trascendencia de esta violencia misógina ha trascendido fronteras. Activistas de los derechos humanos, artistas y políticos del mundo se unen a los clamores de los familiares de las víctimas, quienes reclaman justicia para sus mujeres, para las hoy famosas “muertas de Juárez”. Al respecto, el afamado escritor latinoamericano Carlos Monsiváis ha denunciado la corrupción de las autoridades mexicanas, quienes hoy en día han tenido que hacer grandes cambios en los altos mandos de las autoridades juarenses, asignando por ejemplo, como Fiscal Federal y Procuradora del Estado a mujeres que han decidido trabajar en conjunto con la sociedad civil. La cual está organizada en activas asociaciones como son “Nuestras Hijas de Regreso a Casa”, “Mujeres por Juárez” y “Voces Sin Eco”. En 2007 se anuncia el estreno de la película “Bordertown” o “Ciudad del Silencio” protagonizada por la estrella hollywoodense Jennifer López y que aborda esta trágica realidad



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