Todas las fiestas, las profanas y las religiosas.
El calendario de fiestas es extenso por la diversidad de grupos étnicos, mismos que aún conservan usos y costumbres diferentes, en sincretismo con la cultura occidental.
La temporada más alegre en la ciudad de Oaxaca es en el mes de julio cuando se celebran los Lunes del Cerro, mejor conocidos como la
El calendario de fiestas es extenso por la diversidad de grupos étnicos, mismos que aún conservan usos y costumbres diferentes, en sincretismo con la cultura occidental.
La temporada más alegre en la ciudad de Oaxaca es en el mes de julio cuando se celebran los Lunes del Cerro, mejor conocidos como la
La Guelaguetza: Se trata de una ancestral tradición con raíces prehispánicas relacionada con las ceremonias agrícolas de agradecimiento a los dioses por la llegada de las lluvias y el levantamiento de la cosecha a finales de julio. Con el paso del tiempo se ha convertido en una alegre fiesta efectuada por los indígenas que, ataviados con sus trajes típicos, agradecen la ayuda que todos los miembros de las comunidades se prestan entre sí ante cualquier circunstancia de la vida.
Las Calendas: La celebración de esta festividad, de profundo contenido popular, anuncia la llegada de la Navidad. Está dedicada a los que serán padrinos del Niño Dios, responsables de llevarlo en procesión desde su casa hasta el templo del barrio, acompañados por mucha gente. En ocaciones los feligreses preparan un carro alegórico para realizar un desfile que concluye en la Catedral poco antes de la media noche. El fin de la fiesta lo marca la colocación del Niño Dios en el pesebre del nacimiento que hay en cada templo y en las casas.
Las Velas: Celebrada en mayo en honor del santo patrono de Juchitán, San Vicente Ferrer, esta festividad es organizada por uno o varios mayordomos apoyados por capitanes. Se hacen misas, fiesta en casa del mayordomo y un desfile en carros alegóricos para la "tirada de frutas", en donde las mujeres arrojan frutas y regalos a los espectadores.
Las Velas en Tehuantepec: Acompañados por la célebre pieza musical de "La Zandunga", las mujeres del pueblo participan en estas velas, que son muy similares a las de Juchitán; también cuentan con la colaboración de mayordomos y capitanes que hacen misas, fiestas y "tiranda de frutas".
Noche de Rábanos: Esta tradición procede de la época colonial, cuando los indígenas aprendieron a cosechar unos rábanos de gran tamaño que se daban en la región. Es una fiesta popular que se celebra la noche del 23 de diciembre en la plaza de la ciudad capital, donde se esculpen infinidad de figuras usando sólo estos deliciosos bulbos. Durante el festejo es costumbre consumir buñuelos y romper los platos donde se sirven: según el número de pedazos en que se rompa el traste, será la suerte del comensal para el siguiente año.